Queridos amigos: No sé si me estais leyendo; pero por mí, no ha de quedar.
Estaba pensando en lo que la vida es, y se me ocurrió esta semejanza, pero que nadie se de por ofendido que el viajante, soy YO.
El viaje de la VIDA:
La VIDA: la vida ¿qué es? Yo lo comparo con un viaje en el TREN, sin saber cuantas serán las estaciones a recorrer. Sólo sé que la mía es la Estación Terminal ¿pero cuándo llegará?
No lo sé.
Un día, que no pensé, me vi subido en el tren, con acompañamiento de seres no conocidos; pero que a poco, ya éramos amigos, pues viajaban juntos conmigo. Jugamos, nos divertimos, comimos, nos emborrachamos, vimos la Tele y el Cinema... Una linda chica, estaba junto a mí. Nos besamos, nos quisimos y... llegó su Estación en la que hubo de apearse. Con mucha pena le dije ¡ ADIÓS ! Ella sonreía; pero no me habló.
Con paciencia y conformidad, otros amigos y amigas me encontré, y seguimos viajando alegres en el Tren.
Era muy raro para mí, que tantas personas, venían conmigo en este TREN. Las amistades, las alegrías y cariños se hicieron común entre todos... Pero un amargo día, se apearon mis padres y ya nunca más les ví.
Solo, triste y desamparado, continué mi viaje.
En el vagón posterior, iba una chica extrajera que me atrajo con sus sonrisa y zalamerías. Me pasé al otro vagón, y fuímos muy felices los dos. Continuamos viaje y de repente otros dos pasajeros subieron a nuestro tren: Una niña bullanguera y un jovencito formal, que me recordaba mi vivencia anterior. Ambos se unieron a nosotros, formando un grupo muy avenido.
Vuelta, de nuevo a jugar y ser feliz; pero los designios del viaje, vimos apearse a los padres de ella, con gran pena de los dos jóvenes, que les despidieron llorando, llamándoles "¡abuelos !" En este largo viaje, no paraban de subir y bajar personas que , siempre dejaban agradables recuerdos cuando bajaban. En tanto que nos preguntábamos ¿Falta mucho para la llegada de nuestra estación?
Nadie contestaba, que todos seguían con su diversión y rutinas, con la seguridad de saber que, un día, su viaje acabaría.
Por mi parte, no deseo que llegue, pues es un viaje tan lindo; pero sé que llagará mi ESTACIÓN TÉRMINUS; me tendré que apear, porque habrá terminado mi viaje de la VIDA.
Mi maleta se perderá, y espero que "alguien" la encontrará, y podrá aprovechar lo que lleva dentro y, almacenado, durante todo el viaje de mi vida. Creo merece la pena encontrarla.
Juanjo.-